Síndrome de apnea obstructiva de sueño

En ocasiones, los despertares frecuentes de los peques no se deben exclusivamente a un tema madurativo o conductual, sino que están relacionados con problemas de salud. Uno de los más frecuentes es el síndrome del que hablaremos en este artículo

¿En qué consiste el síndrome de apnea obstructiva?


La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello define el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) como la aparición de episodios recurrentes de obstrucción de la vía respiratoria superior de, al menos, 10 segundos de duración y que se producen durante el sueño.

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, se estima que entre un 25% y un 30% de los niños menores de 5 años presentan problemas o alteraciones del sueño de diversa orden, entre ellas, la apnea del sueño. 

Concretamente, la apnea de sueño se trata de un problema médico en el que, por diferentes causas, se produce un estrechamiento u obstrucción de la vía respiratoria con su posterior apnea. La consecuencia de esta obstrucción señalada es una disminución del oxígeno en sangre y el cerebro del peque que produce o un despertar con el fin de que este comience a respirar de nuevo o un sueño inquieto en el que el niño busca continuamente diferentes posturas para mejorar la oxigenación (ej., postura boca abajo con las nalgas hacia arriba) y en el que, además, no consigue llegar a las fases más profundas del sueño.

¿Cuáles son las causas?


En niños, la causa más frecuente que provoca el SAOS es el agrandamiento de las amígdalas y de las adenoides. No obstante, otros factores importante son:

  • Obesidad
  • Anomalías craneofacilaes
  • Trastornos neuromusculares
  • Síndrome de Down
  • Bajo peso al nacer o prematuridad
  • Antecedentes familiares de apnea obstructiva del sueño

¿Cuáles son sus síntomas?


La manifestación más clara de padecer esta patología son los ronquidos, aunque a veces puede no estar presente en algunos niños que padecen SAOS. Otros síntomas compatibles pueden ser:

  • Sueño inquieto
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Respiración por la boca
  • Babeo
  • Sudoración nocturna
  • Despertares frecuentes
  • Enuresis 
  • Terrores nocturnos

Asimismo, este síndrome se ha relacionado con otra serie de síntomas durante el día que pueden dificultar el desarrollo y aprendizaje de nuestros hijos. Algunas de las posibles manifestaciones de esta patología pueden ser un bajo rendimiento escolar, dificultad en la atención y el aprendizaje, déficit de atención o una mala respuesta a los medicamentos para TDAH. Frente a estas contrariedades, los peques que sufren de la apnea pueden presentarse somnolientos, irritables o con un comportamiento hiperactivo. Además, estos pueden padecer dificultades para ganar peso.

¿Cómo se diagnóstica?


Normalmente, el médico realizará una revisión de los antecedentes médicos y factores de riesgo asociados, así como una exploración física completa, centrándose especialmente en un examen exhaustivo de cuello, boca, lengua y adenoides.

No obstante, es posible que en la detención de esta patología necesite realizarle algunas pruebas complementarias. Estas pueden ser un estudio simplificado del sueño, una polisomnografía, una radiografía lateral o incluso una endoscopia.

¿Qué tratamientos hay?


El tratamiento concreto para nuestro peque estará relacionado con la causa de la obstrucción. Aún así, esta podrá fácilmente atacarse por medio de distintos medicamentos o dispositivos bucales u ortodoncias. Con todo, en algunos de los casos más severos puede ser preciso la terapia de presión positiva en las vías respiratorias (CPAP) o la extirpación de las amígdalas y de las adenoides. En cualquier caso, cualquiera de estos tratamiento ha de acompañarse de un estilo de vida saludable no solo por nuestro peque, recurriendo a la pérdida de peso en caso de obesidad, sino también por toda la familia, evitando irritantes como el humo del tabaco u otros alérgenos.

Conclusión

Hay determinadas patologías que impiden el buen descanso de nuestros peques y el mantenimiento de un sueño profundo y reparador. Una de las más frecuentes es el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). 

Los profesionales sanitarios debemos tener en cuenta la existencia de dichas patologías y los síntomas y repercusiones asociados a ellas para poder descartarlas ante un problema de sueño.

Los peques con alguna patología que dificulten su sueño también se benefician de un plan de sueño personalizado, pero debemos tener en cuenta que, quizá, no consigan eliminar por completo sus despertares hasta que no esté solucionado el problema de base. Encontrar una asesora formada en detectar estos síntomas asociados y saber cuándo derivar al profesional adecuado, puede mejorar el tiempo y las energías puestas en un plan de sueño.

Niño durmiendo con postura de apnea obtructiva de sueño

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Emma Salado, coach sueño bebé

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