Miedo nocturno ¿Cómo actuar ante él?

A partir de los 2-3 años es muy frecuente que aparezca el miedo nocturno. Éstos pueden complicar las noches con despertares frecuentes y excursiones a la cama de los padres.

¿Cómo tratar el miedo nocturno?


Es muy frecuente que comiencen a verbalizar que tienen miedo o a veces lo presentimos porque los vemos asustados en mitad de la noche, gritan, necesitan que nos quedemos a su lado.

Lo primero que debemos averiguar es ¿a qué tiene miedo? 

Según la edad del niño, podemos hablarlo directamente y lo verbalice o pedirle que lo exprese a través de dibujos etc.

Esto es una parte esencial, ya que, sabiendo a qué tiene miedo, utilizaremos unas herramientas diferentes u otras. Si el miedo es a algo fantástico que no existe, la solución será igual de fantástica (por ejemplo, el miedo a los monstruos, podemos tratarlo con un dossel protector que haga de escudo para que no puedan entrar a su cama)

De lo que no hay ninguna duda, es de que los miedos siempre deben tratarse durante el día, cuando no exista tal miedo in situ. Es el momento ideal para trabajarlos y minimizarlos. En el momento en el que está sucediendo la emoción, debemos dar soporte emocional.

Validar-comprender-regular la emoción: 


Una vez que sepamos a qué tiene miedo, no debemos restarle importancia sino validar esta emoción, empatizar y que se sienta comprendido y posteriormente regularla.

Por ejemplo: Veo que tienes miedo a la oscuridad (validar) porque cuando se apaga la luz no ves nada y te asustas (comprender). Yo a veces también me asusto (empatizar), pero luego me doy cuenta de que no hay ningún peligro porque la puerta está cerrada y no puede entrar nadie (regular la emoción).

¿Cómo reaccionamos nosotros? 


La forma que tenemos de reaccionar cuando ellos verbalizan tal miedo o lo están sintiendo, también es de suma importancia para reforzar o minimizarlos.

Tanto las reacciones de angustia, como el otro extremo en el que restamos importancia a su sentimiento, no hacen otra cosa que reforzar la conducta.

A veces les transmitimos angustia o lástima por sentir que lo están pasando mal. Ponemos cara de pena, les abrazamos muy fuerte y llevamos a un extremo tal sentimiento, incluso formando parte de él. El mensaje que le estamos mandando es que tal angustia viene dada porque el miedo que están sintiendo está fundado y nosotros también sentimos miedo a lo mismo. 

O veces le quitamos importancia, riéndonos, diciéndole que no tiene por qué sentir miedo, o que él/ella es muy valiente. Esto hace que no se sienten comprendidos, pero seguramente no va a acabar con dicho miedo sino simplemente que lo van a esconder y se va avergonzar de dicha emoción.

Estrategias de regulación 


Entonces, ya hemos averiguado a qué tiene miedo nuestro peque. Hemos validado la emoción y hemos empatizado con él. Pero… ¿qué hacemos para que deje de sentir ese miedo?

A continuación os hablare de 2 de los miedos más comunes en la noche y como podemos trabajarlos.

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Miedo a la oscuridad: 

El miedo a la oscuridad es uno de los miedos más comunes, sobre todo en el momento de acostarse y la noche.

Lámpara quitamiedos. Siempre es mejor que los peques duerman con oscuridad total, ya que el sueño es más reparador y disminuye los despertares. Los expertos en sueño solemos recomendar oscuridad total para dormir salvo una excepción: el miedo a la oscuridad. En ese caso, es mejor dejar una luz de color rojo y lo más alejado posible de la cama, que ilumine levemente la habitación para que se sienta más seguro al dormirse y en los posibles despertares. La luz azul o blanca, genera sensación de luz azul (luz de amanecer) y disminuye la síntesis de melatonina en el cerebro, así que siempre mejor en tonos rojizos o anaranjados.

Introducir un objeto de seguridad (muñeco) con el que dormir y apoyarse en él en los despertares.

Jugar en la oscuridad durante el día. Podemos jugar al escondite a oscuras (tinieblas). Si tiene miedo de estar solo a oscuras, podemos jugar por equipos y que vaya acompañada de alguien que no tenga miedo a la oscuridad. Por ejemplo, el fin de semana junto a sus amigos o primos.

Búsqueda del tesoro. Esconder alguna sorpresa y diferentes pistas hasta encontrarla. Tiene que buscarlo por la casa, pero la casa estará a oscuras y sólo le ayudará la luz de una linterna

Jugar a las sombras con las manos o dedos. Esta estrategia funciona muy bien con los peques de menos edad que aún no entienden el juego del escondite o búsqueda del tesoro. Ponemos la habitación a oscuras y con ayuda de una linterna proyectamos en la pared, la sombra de nuestras manos haciendo diferentes figuras de animales…

Pintar en la oscuridad. Utilizaremos pintura fluorescente y podemos pedirle que pinte un monstruo os cualquier otra cosa que le genere miedo.

Ofrecer dejarle una linterna debajo de la almohada. A la hora de irse a dormir, podemos dejársela para que pueda encenderla siempre que necesite alumbrar la habitación.

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Miedo a los monstruos:

El otro gran miedo por excelencia es el miedo a los monstruos, payasos o animales imaginarios.

Como os decía, si se encuentra en una etapa en el que los miedos son imaginarios y fantásticos, las soluciones que podemos ofrecerle para solucionarlos pasan por ser igual de fantásticas y creativas.

Pintar el miedo. Pintar un monstruo y ridiculizarlo (ponerle bigote, o un moco o pelo de colorines…). También podemos pintar un monstruos en un cartón, plastificarlo y hacerle todos los detalles ridículos con plastilina (pelos de colores con churros de plastilina, un lazo rosa enorme, un pendiente en la nariz), lo que se os ocurra. Normalmente cuanto más escatológico sea, más gracia les hace (mocos, cacas, pedos…)

Preparar un spray antimonstruos. Es importante que el peque participe en ambas fases del proceso. La primera fase será durante el día en la que prepararemos juntos un spray con agua y alguna esencial calmante (por ejemplo de lavanda). Podemos decorar el bote con pegatinas de monstruos o algún dibujo que hagáis juntos. La segunda fase será por la noche, antes de acostarse, rociaremos del spray antimonstruos las cortinas, cama, alfombras… El olor al aceite esencial, ayudará a relajarse y en los despertares le recordará que mientras huela así, el monstruo no puede entrar a la habitación.

Comprobar el ambiente seguro antes de acostarse. Podemos revisar armarios, debajo de la cama o cualquier otro lugar que nos pida antes de acostarse para cerciorarse de que no hay ningún monstruo en la habitación.

Cuentos para manejar el miedo nocturno 


Los cuentos son una herramienta fantástica para trabajar el miedo ya que, a través de ellos, aprenden y se sienten comprendidos. Hay una gran variedad de cuentos para leer antes de irse a la cama que generarán confianza y tranquilidad para manejar el miedo en mitad de la noche. Algunos de ellos son:

Miedo a la oscuridad: 

  • ¿Qué hay debajo de tu cama Ted? (3 años)
  • ¿Quién tiene miedo a la oscuridad? (4 años)
  • ¿Dónde estás oscuridad? (5 años)
  • La oscuridad y yo (5años, bilingüe)

Miedo a los monstruos:

  • Los monstruos no existen (3 años)
  • ¿A qué tienen miedo los monstruos? (3 años)
  • Dónde está ese monstruo? (5 años)
  • Los monstruos no me dejan dormir (5 años)
  • Tragasueños (5 años)
  • Yo mataré monstruos por ti (6 años)

Conclusión

El miedo nocturno es algo muy frecuente que sucede en la etapa de los 2-3 años en adelante.

Siempre debemos validar la emoción y trabajar con herramientas para regularla. Pero no debemos exagerarla ni menospreciarla, ya que estos extremos no harán otra cosa que reforzarlas aún más.

El miedo es la primera causa de que los niños mayores de 3 años vayan a la cama de los padres en mitad de la noche, dificultando el descanso de toda la familia.

noche con lampara y pesadilla nocturna

Si estás en esta situación y no sabes como actuar, puedes pedir tu primera consulta gratuita en el formulario de abajo. 


Emma Salado, coach sueño bebé

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Soy Emma Salado, matrona y coach de sueño infantil.

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