Transición de las siestas ¿Cómo puedo saber si mi peque está preparado para el cambio? ¿Cómo puedo ayudarle a hacerlo?

A medida que los peques van creciendo necesitan menos horas de sueño diurno, por lo que irán disminuyendo el número de siestas. En este artículo hablaremos sobre a qué edad es habitual que estas se reduzcan y qué podemos hacer los padres para que no lleguen sobrecansados a la noche.

La importancia de las siestas


“Dormir más de día para dormir mejor por la noche”. Seguro que si llevas tiempo siguiéndome habrás leído esta frase varias veces. Es una de las premisas principales cuando trabajamos el sueño: evitar el sobrecansancio. Cuando durante el día no se duerme lo suficiente o no se ajustan adecuadamente las ventanas de sueño, corremos el riesgo de encontrarnos con un peque sobrecasado en la noche y, lejos de lo que nos puede parecer, le costará mucho conciliar el sueño, teniendo más despertares en la noche.

Menos de 5 meses

Los bebés menores de esta edad aún no tienen todas las fases de sueño, de tal manera que, es normal que sus siestas sean cortas (20-30 min) y, por tanto, bastante frecuentes. A partir de esta edad comienzan a dormir un ciclo de sueño completo (entre 45-55 min) y este empieza a ser más reparador. Por ello, es a partir de los 5-6 meses cuando suelen tener establecidas 3 siestas diarias, con lo que consiguen llegar adecuadamente a la noche.

Transición de 3 a 2 siestas


Suele ocurrir entre los 8-9 meses. La siesta que suelen abandonar es la de la tarde y esto ocurre de manera espontánea, sin que nosotros tengamos que forzar nada. Simplemente, nos damos cuenta de que o cada vez es más corta o que hay días que no conseguimos que se duerma.

Cuando esto ocurra, es importante ajustar la hora de irse a dormir por la noche, ya que, un peque que ha dormido 30-45 min a las 17 h, por ejemplo, puede contar su ventana de sueño de 3-4 horas a partir de que se despierte de esta siesta. Pero, si por el contrario, no se ha dormido a esta hora y la siesta anterior terminó a las 15 h, es recomendable contar esta ventana de sueño máxima de 3-4 horas a partir de dicha hora y acostarle más pronto los primeros días.

Transición de 2 a 1 siesta


Suele ocurrir entre los 15 y los 18 meses y la siesta que suelen abandonar es la de la mañana. De igual manera, nos daremos cuenta de que el peque lucha por no dormirse esta siesta o, si se la duerme, esta es mucho más corta de lo normal. En este momento deberemos ajustar el horario de la siesta de mediodía, debido a que, es muy posible que tenga mucho sueño antes del horario establecido para dicha siesta.

Veámoslo en un ejemplo: si el peque se despertaba a las 7:30 h y contaba con dos siestas, siendo la primera de 10 a 11 h y la segunda de 14 a 16 h, este tiene una ventana de sueño de 3 horas entre las siestas. En el caso de que no se duerma la primera, para las 12 h este tendrá mucho sueño, puesto que, su ventana se ha alargado a 4 horas y media. Por tanto, deberemos adaptar el horario de la única siesta y adelantarlo a las 12 h y, cuando se vaya acostumbrando, posponerla como máximo a las 13 h.

A veces ocurre que creemos que están preparados para dejar la siesta de la mañana, pero cuando la abandonan, comienzan a despertarse con mucha frecuencia en la noche o a despertarse muy temprano. Estos son signos de sobrecansancio y nos están indicando que todavía necesita mantener 2 siestas por un tiempo.

Abandono de la única siesta


Es muy variable la edad con la que abandonan la única siesta del día, pero puede ocurrir a partir de los 3 años. De igual manera que en las veces anteriores, nos encontraremos con un niño que no tiene sueño y que, aunque le pongas a dormir de la manera más infalible que sepas, te dice que no quiere dormir, o en el caso de que se duerma, llega a la noche sin sueño y el acto de dormirle se convierte en todo un desafío.

De igual manera, deberemos adaptar la hora de irse a dormir, ya que, si un peque duerme 2 horas de siesta de 13 a 15 h, en esta situación, puede aguantar con una ventana de sueño de 5-6 horas hasta las 21 o 22 h. Sin embargo, cuando abandonan la siesta es muy probable que lo encuentres adormilado o muy irritable a partir de las 19 h, y créeme, es mucho mejor que lo acuestes pronto a que llegue sobrecansado a la noche y le cueste mucho conciliar el sueño.

Con todo, es probable que cuando esto pase, no abandonen la siesta de un día para otro, sino que se la salten un día y la retomen de nuevo durante los siguientes 2 ó 3. Esta situación puede prolongarse durante un tiempo hasta que la abandone por completo. En el caso de los niños a partir de 3 años que abandonan la única siesta del día, se recomienda que continúen haciendo un rato de “tiempo tranquilo” en el horario que antes estaba marcada la siesta. Puede ser un rato de leer cuentos, hacer puzzles o alguna actividad relajante evitando el uso de pantallas si es posible.

Conclusión

A medida que nuestros peques van madurando, disminuyen sus necesidades de sueño diurno. Esto se traduce en que va disminuyendo el número de siestas que se echan a lo largo del día. Esto no es algo que ocurre de un día para otro, sino que, en todos los casos, debemos ser flexibles y entender que es un proceso en el que habrá días de más siestas y días de menos hasta que la abandonan por completo.

Así pues, debemos adaptar sus horarios cuando esto pase, para evitar el sobrecansancio y no volver a tener dificultades a la hora de irse a dormir y en los despertares.

Si tienes dificultades con la transición de alguna de las siestas de tu peques, no dudes en contactar conmigo.

Bebé con transición de siestas

Emma Salado, coach sueño bebé

¿Puedo ayudarte?

Soy Emma Salado, matrona y coach de sueño infantil.

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