Ejemplo de agitación por amamantamiento de mamá dando pecho a su bebé

AGITACIÓN POR AMAMANTAMIENTO

Cuando la cabeza aún dice SÍ a la lactancia, pero el corazón ya sabe que no

De la misma forma que cualquier otra mamífera sabe que ha llegado el momento de destetar, nuestro cuerpo así lo percibe.

Recibimos señales de que la lactancia está llegando a su fin. Sin embargo, nuestra mente humana no concibe estas señales como naturales, sino que aparece una lucha interna muy difícil de manejar entre los sentimientos físicos y la maldita culpa.

¿Te sientes así? Pues este artículo puede abrirte por completo los ojos, sigue leyendo y descubre qué es la agitación por amamantamiento y cómo aliviar esas sensaciones.

¿Qué es la agitación por amamantamiento?

Es un sentimiento de rechazo hacia nuestro hijo cuando está tomando el pecho que aflora de forma repentina en la madre lactante.

Es una sensación desagradable, como de ansiedad o angustia cuando el bebé/niño ya mayor está mamando. Se convierte en una necesidad imperiosa retirarlo del pecho cuanto antes y si no lo hace rápido, podemos retirarlo de malas maneras sin querer.

La agitación por amamantamiento genera una sensación de culpa en la madre ya que, normalmente ella no tiene un deseo consciente de terminar con la lactancia, pero no puede evitar sentir esa angustia cada vez que el niño mama.

Es muy duro para cualquier madre aceptar que tienes ese sentimiento de rechazo hacia tu propio hijo al que amas con locura.

Además, suele ocurrir en lactancias prolongadas en los que el pecho juega un papel fundamental de vínculo y de calma para el peque y la madre siente que no es posible retirar el pecho aún, ya que se verá envuelta en situaciones muy difíciles de manejar a nivel emocional.

Silueta de mamá dando pecho a su bebé

¿Qué sentimientos genera la agitación de la lactancia materna?

El sentimiento más generalizado es la ansiedad, angustia o necesidad de apartar al peque que está mamando inmediatamente.

Si no lo haces y el peque se mantiene mamando mucho tiempo, puede generar incluso agresividad y apartarlo “a la fuerza” y de malas maneras sin poder controlarlo o, si consigues controlarlo, generar un sentimiento de profunda tristeza y indefensión.

Además, cuando el peque no está mamando, la madre experimenta un gran sentimiento de culpa por sentirse así y mucha ansiedad anticipando la siguiente toma.

¿En qué situaciones suele ocurrir?

La agitación por amamantamiento puede ocurrir en cualquier lactancia, pero es más frecuente en los siguientes casos:

  • Lactancia durante un nuevo embarazo. Cuando te quedas embarazada y aún das de mamar a otro peque es más frecuente que comiencen estas sensaciones.
  • Lactancias en niños mayores.
  • Lactancias en tándem, pueden ser gemelares, pero sobre todo suele ocurrir cuando das de mamar a dos peques de diferente edad. En este caso es muy curioso, ya que sólo afloran estos sentimientos cuando mama el peque mayor y no cuando mama el bebé.

En definitiva, cualquier circunstancia que genere un alto estrés en la madre puede agravar la agitación y los sentimientos.

¿Qué puedes hacer para aliviar estas sensaciones de rechazo de tu bebé?


En primer lugar, el conocimiento. Simplemente saber que estos sentimientos que estas experimentando, no sólo ocurren en ti sino que es algo descrito y que le pasa a muchas mujeres, hará que te sientas mejor contigo misma y el sentimiento de culpa baje de intensidad.

Busca apoyo. Te ayudará comunicarte con alguien que pueda escucharte y acoger tus sentimientos como, por ejemplo, otras madres que hayan pasado por la misma situación y te puedan acompañar sin juzgar.

Busca ayuda para bajar tus “obligaciones”. Quizá buscar a alguien que baje la intensidad de demanda que tenga el peque contigo, que jueguen con él o que se lo lleve un rato al parque, ayudará a disminuir el número de tomas que te pida al estar más distraído y a bajar la angustia en las que aún le des.

Cuídate. Darte un paseo o dedicarte un tiempo para ti. Poder descansar unas horas es esencial.

Limitar las tomas. Tanto en número como en tiempo. Puedes pactar unas normas si es un niño mayor y puede llegar a entenderte.

Cuando no puedas evitar la toma, busca una distracción. Poner música o practicar relajación mediante respiraciones.

Destete nocturno. A veces manejando la exigencia en la noche y proporcionando un adecuado descanso para la madre, la agitación de lactancia materna mejora considerablemente.

Silueta de bebé mamando

¿Te estás planteando el destete?

Si nada funciona, quizá es el momento de plantearte el destete. Si llevando a cabo estos recursos te sientes superada y tu nivel de ansiedad es muy elevado, puedes plantearte comenzar un destete. Quizás ayude el apoyo de una asesora de lactancia especializada en destete respetuoso.

A veces, durante el destete parcial, la angustia desaparece. Suele ocurrir en peques muy demandantes o madres con un nivel de cansancio muy excesivo. ¡En el momento que disminuimos esa exigencia y mejoramos el descanso nocturno, voilà!

La angustia se va y podemos mantener ciertas tomas en el día hasta que tú decidas.
Comenzar el camino hacia el destete no significa necesariamente terminar por completo con la lactancia si no es vuestro deseo.

Lo importante es que la lactancia sea una etapa feliz para tu bebé, pero también para ti, por eso en Emmatrona estamos disponibles si nos necesitas para apoyarte a lo largo de todas las etapas de vuestra lactancia, de principio a fin.
 
No tienes que hacer este proceso sola, si deseas más información sobre los planes de destete, puedes consultar siguiendo el enlace.


Emma Salado, coach sueño bebé

¿Puedo ayudarte?

Soy Emma Salado, matrona y responsable del equipo Emmatrona.

Somos varias matronas con mucha experiencia, además de asesoras de lactancia certificadas. Si estás en el proceso de agitación de amamantamiento y necesitas ayuda para superarlo o para iniciar el destete, estamos a tu disposición.

Contacta con nosotras y te contamos cómo.

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